Conciliar la vida profesional y personal

• ”Me beneficié de los servicios de Georges para construir, ladrillo a ladrillo, un nuevo proyecto de vida personal y emprendedora. Este proyecto de creación de un lugar (‘mi jardín de Epicuro’), deseado desde hacía 4 años, estaba mal concretado en la acción y mal expresado en palabras. Estimulado por su intervención, pude construir una base sólida y un plan de acción alegre, breve y pragmático, que apliqué con éxito y que sigo releyendo más de un año después.
  Con Georges, siempre me sentí autónomo. Nuestras citas fueron siempre un placer que me regalaba. Necesitaba un espejo a la vez exigente y benevolente… Para mí, Georges reúne cualidades poco comunes: suavidad en la escucha y rigor en el método, simplicidad en las soluciones co-construidas y una riqueza impresionante en la diversidad de herramientas que puede ofrecer.”

Lanzarse al emprendimiento

• “Georges llegó en el momento justo de mi vida: estaba dejando mi empleo y deseaba emprender. Mis ideas aún eran vagas y mis dudas, reales. Georges me permitió avanzar mucho más rápido de lo que lo habría hecho sola. Me ayudó a clarificar mis necesidades, a demostrarme mi legitimidad, a recentrarme en mis valores, y así, tras algunas semanas, mi concepto emergió. ¡Todo me pareció entonces fluido y evidente! Sin él, me habría tomado mucho más tiempo.
• Aún hoy, conservo esa base de trabajo que hicimos juntos, y que me permite reenfocarme cuando estoy en la incertidumbre. Así que muchas gracias a Georges por su escucha atenta, su respeto y sus palabras de aliento.”

Vivir y trabajar en otros lugares y de otras formas

“Conocí a Georges en mi camino de cambio de vida hacia un ‘vivir y trabajar en otro lugar y de otra manera’. Un proyecto que consume mucha energía en sí mismo. Georges apareció en carne y hueso exactamente el día que lo necesitaba. A partir de ahí, siguieron seis meses de acompañamiento extremadamente valioso para mantenerme en mi camino en medio de las turbulencias que provoca un proceso así. Supo desplegar una atención y una calidad de escucha poco comunes. Mi palabra pudo, por fin, cobrar amplitud: fue amortiguada, acogida. El eco era justo, pertinente, impregnado y muestra de un verdadero interés por el otro.

Siempre en el justo equilibrio entre objetividad y los aspectos más sensibles de la personalidad o de la situación en juego. Sus palabras sinceras me ayudaron a volver a iluminar mi sistema de valores y a recuperar el coraje, la coherencia y la perspectiva. Ese vínculo creado con las profundidades del ser fue, para mí, una suerte. Gracias Georges, y hasta muy pronto sin duda, porque una relación de tal calidad sigue su curso por sí sola en el tiempo. Con todo respeto.”